domingo, 10 de noviembre de 2013

Él, que sólo buscaba un rollo, acabó enamorándose de ella.

Y él, que sólo quería acostarse con ella, acabó por verla dormir. Terminó por secar sus lágrimas, escuchar sus problemas y yendo a recogerla después de las clases. Él, que sólo quería tocar su cuerpo, acabó por llevarla de la mano por las noches; él, que sólo quería un lío de una noche, se convirtió en un adicto de sus besos, de su pelo, de ella. Pasó de querer comérsela, a querer comerse el mundo con ella.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Tú droga, yo adicta.

Siempre estaré aquí, contigo. 
Lo sé. 
¿Qué te pasa? 
Que una chica me gusta mucho. 
Habla con ella. 
No sé... Yo nunca le voy a gustar. 
No digas eso, ¡tú eres genial! 
Sólo quiero que ella vea cómo me siento. 
Pues cuéntale como te sientes. 
Es que... No le voy a gustar.
¿Cómo lo sabes? 
Porque lo sé, se le nota. 
Solamente cuéntale cómo te sientes. 
¿Qué le digo? 
Cuéntale lo muy enamorado que estás de ella. 
Yo se lo digo todos los días. 
¿Qué quieres decir? 
Siempre estoy con ella. La amo. 
Sé como te sientes. Tengo el mismo problema. Pero yo nunca le voy a gustar a él. 
Espera. ¿De quién estás enamorada? 
Pues de un niño. 
Ah... Ella tampoco estará enamorada de mi. 
Sí, ella lo está. 
¿Cómo lo sabes?
Porque, ¿quién no está enamorada de ti? 
Tú. 
Estás equivocado. Yo te amo. 
Yo también te amo. 
¿Pues vas a hablar con ella? 
Ya lo acabo de hacer.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Olvídalo todo.

Olvida el día que nos conocimos, olvida el primer momento en que me hablaste. Olvida todas esas cosas que me hacían reír, olvida aquel día que yo estaba triste y tú me consolaste. Olvida mis celos y mi orgullo. Olvida la primera vez que me dijiste que me querías, y por supuesto olvida también cuando te lo dije yo. Olvida todos aquellos mensajes. Olvida cuando me sacabas de quicio y lo mucho que me gustaba que lo hicieras. Olvida aquellas madrugadas que pasábamos hablando. Olvida lo mucho que te echaba de menos cuando no estabas. Olvida aquel momento en que empezamos a cambiar, olvida aquella despedida tan fría y dolorosa. Olvida que alguna vez formé parte de tu vida. Olvídame. Olvídalo todo.
Si te lo pido es porque sé que no te costará hacerlo. Olvídalo tú porque yo, sinceramente, no puedo.