viernes, 26 de junio de 2015

Eran muy diferentes, pero algo tenían en común: estaban locos el uno por el otro.

-¿Te quedarás conmigo?
+¿Quedarme contigo? ¿Para qué? ¿Para estar todo el tiempo discutiendo? 
-Eso es lo que hacemos, discutir. Tú me dices cuándo soy un maldito arrogante y yo te digo cuándo das la tabarra, y lo haces el 99% del tiempo. Sé que no puedo herir tus sentimientos, porque tienen un promedio de dos segundo de rebote y otra vez vuelves a la carga.
+¿Entonces qué?
-Pues que no será fácil, va a ser muy duro. Tendremos que esforzarnos todos los días y quiero hacerlo porque te deseo. Quiero tenerte para siempre, tú y yo todos los días. ¿Harías algo por mí? Por favor, imagina tu vida dentro de treinta o cuarenta años, ¿cómo la ves? Si es junto a ese hombre, vete. Te largaste una vez y lo soportaré otra si creyera que es lo que quieres, pero jamás tomes la vía fácil.

jueves, 25 de junio de 2015

Que todo fluya y que nada influya.

Hasta ahora nunca me he arrepentido de nada que he hecho, sólo de lo que no he hecho. No sé de cuántas cosas más me arrepentiré, pero algo de lo que nunca debemos arrepentirnos es de nuestra adolescencia. Es lo mejor de esta vida, porque la adolescencia significa sentir, y aunque pienses que tienes muchos problemas y que es una mierda, más tarde lo recordarás y verás que los problemas de la adolescencia son insignificantes, que todo se basaba en los sentimientos. Por eso, no seas idiota y abre los ojos, mira lo que tienes delante y disfrútalo, vive esta etapa como si fuera la última, porque si no lo haces, más tarde te arrepentirás. 

Because I'm happy.

La gente siempre dice que no tienes de qué preocuparte, que todo saldrá bien. Pero es muy fácil decirlo. La realidad es que las cosas nunca se arreglan solas y que el tiempo no cura nada, simplemente hace que aprendas a vivir de la manera que te ha tocado. Hace que te des cuenta de que cada día que te levantas es un día más, y que las personas son una gran parte de tu vida y que si las pierdes nunca conseguirás ser feliz, porque eso te enseña el tiempo, que la vida es dura y necesitas ayuda para vencerla. Pero, ¿sabes qué? Que la vida es más fácil si la afrontas sonriendo.

miércoles, 24 de junio de 2015

AES2.

No quiero estar a tres metros sobre el cielo, ni en la playa, ni en una casita al lado del río más cristalino, porque sin ti eso no vale nada. No quiero conocer las siete maravillas del mundo porque ninguna se compara con tu sonrisa. No quiero molestarme con sesiones de hipnosis porque no tendrían ni la mitad del efecto que tiene una mirada tuya. No quiero ver esculturas ni visitar museos que no se dignan a ponerte entre esas cosas a las que yo llamaba 'obras de arte' antes de conocerte. No quiero atardeceres si no estoy tumbada en tu pecho, no quiero tardes sin tus cosquillas, ni noches sin tu compañía. No quiero amaneceres si no son contigo abrazándome y no quiero ni un segundo más de mi vida si no estás a mi lado.

Never is too late.

He aprendido por mí misma que nunca es tarde para todo. Que quien algo quiere, algo le cuesta. Que querer es poder y que nada es imposible si alguien se lo propone desde el primer momento. Que las cosas sólo se consiguen con un gran esfuerzo, y que en la vida hay todo tipo de cosas difíciles, y que hay cosas que lo son aún más. Que las personas no son perfectas y tienen sus defectos que pueden dañar, que los perros muerden y los gatos arañan. Que los peces nadan y las aves vuelan, que el mundo es redondo y da miles de vueltas. Que las cosas que bien empiezan, mal acaban, y que las que mal empiezan, peor acaban. Que quien no arriesga, no gana, y que quien ríe el último ríe mejor. Que el amor y la amistad son imperfectos, y que la vida hay que vivirla siempre, porque no se mide en minutos, sino en momentos. Y he aprendido a querer, algo que casi nadie sabe lo que significa de verdad.

Dile al abuelito que me mande alguna carta, que no me llame desde el cielo que se corta.

Ya nada es como antes, te echo de menos cada día que pasa. Cada día me siento vacía, me falta algo, me faltas tú. Me falta verte todos los veranos sentado en tu sillón, me falta verte sonreír, tus tonterías, el cogerte de la mano y ver cómo sonreías. Y ya nada será como antes, porque nos faltas tú y no voy a negarte que este verano no lloraré, y no de tristeza, sino por nostalgia, porque te echo de menos. Eras, eres y serás una de las personas más importantes de mi vida y aunque ahora ya no estés aquí, lo estarás leyendo desde donde quiera que estés, sé que me estás viendo y estás orgulloso de mí, de lo que soy y en lo que me he convertido. Daría lo que fuera por que este verano estuvieras aquí con nosotros, todas las noches en las que nos reuníamos para hacer una barbacoa, para que nos contases una historia, o simplemente para pasar un rato juntos. No soy la única, sinceramente, todos te echamos de menos, porque gracias a ti somos así y porque tú nos enseñaste a seguir hacia adelante con la cabeza bien alta, porque tú me enseñaste que la fuerza no es algo que se elije. Y lo mejor de todo es que para mí nunca te irás, porque gracias a ti cada vez que sonría, estaré regalando una pequeña parte de ti. 
Te echamos de menos, abuelo, y gracias por permitirme heredar tu sonrisa.

domingo, 21 de junio de 2015

Y, de repente, lo recuerdas.

Te aburres. Empiezas a mirar chats. Vas bajando, bajando, y de repente te paras. Ahí está su conversación. ¿Qué haces? ¿La miras, sigues bajando? No, no puedes. Empiezas a recordar y los recuerdos te superan. Abres el chat y ves su último 'adiós'. Recuerdas el momento en que te lo dijo y cómo caían las lágrimas de tus ojos y haces lo imposible por retenerlas ahora. Empiezas a subir la conversación, a recordar momentos, todo lo que te decía y todas las sonrisas que te sacaba. Lees todos sus 'buenos días' y sus 'buenas noches', aquellos testamentos que te encantaban. Sonríes, pero de pronto él está en línea y tu cerebro empieza a funcionar. Esperas, esperas... Y sigues esperando. Nada, no llega ningún mensaje y ese 'en línea' no cambia a un 'escribiendo'. Te preguntas qué pasa y, de repente, lo recuerdas. Aquella conversación que estabas leyendo es de hace mucho, ahora sus 'buenos días' no son para ti, ni sus 'buenas noches' ni sus 'escribiendo'. Y lo recuerdas, ya no eres tú, ahora es otra persona.