La gente siempre dice que no tienes de qué preocuparte, que todo saldrá bien. Pero es muy fácil decirlo. La realidad es que las cosas nunca se arreglan solas y que el tiempo no cura nada, simplemente hace que aprendas a vivir de la manera que te ha tocado. Hace que te des cuenta de que cada día que te levantas es un día más, y que las personas son una gran parte de tu vida y que si las pierdes nunca conseguirás ser feliz, porque eso te enseña el tiempo, que la vida es dura y necesitas ayuda para vencerla. Pero, ¿sabes qué? Que la vida es más fácil si la afrontas sonriendo.