miércoles, 15 de mayo de 2013

Y tú, ¿qué sientes?

Es increíble ver como en tan poco tiempo puedes llegar a odiar a una persona con todas tus fuerzas, pero es más increíble todavía saber que antes la habías querido. No sabría ni cómo expresarme en estos momentos, las lágrimas corren por mis mejillas y ya no me doy ni cuenta. Ahora lo pienso todo más detenidamente y me doy cuenta de que todo el mundo tiene cartas para hacerme daño y yo no tengo ninguna para poder protegerme. Estoy sola en este juego de locos en el que sé que la única que va a terminar realmente mal soy yo. Ya no sé si me da igual o si realmente me afecta. Supongo que me afecta, porque si no, no estaría escribiendo este texto que había empezado con la finalidad de desahogarme, y lo único que consigo es acordarme más de todos mis problemas. He llegado a la conclusión de que lo mejor es callarse, aguantarlo todo por dentro, no contárselo a nadie, porque después todos tienen cartas para atacarte y tú quedas desprotegida, sola, y tus únicas amigas son las lágrimas que no dejan de caer.