martes, 20 de agosto de 2013

No, no estoy bien.

Te preguntan que qué tal, cómo lo llevas, si estás bien y tú respondes con toda seguridad: 'Claro que sí, ya lo he superado, puedo vivir sin él'. Sales a la calle como una de las otras tardes, con una sonrisa totalmente falsa, y lo peor es que tú te crees que es de verdad, vas riéndote y vacilando con tus amigas: 'Joder, mira como está ese tío', pero de pronto, apareces en el sitio donde empezó todo y esa sonrisa que fingías se convierte en dolor, te preguntan si estás bien y respondes prácticamente con la boca cerrada: 'Sí'. De repente todos los recuerdos vuelven a tu mente, el sitio del primer beso, el primer abrazo, la primera tarde juntos, los nervios de verle, la primera discusión, la primera noche que no pudiste dormir pensando en él, las tantas sonrisas tontas que tenías pensando en él, el primer 'te quiero', el primer 'para siempre'... Y de pronto te pones a llorar como una niña que ha perdido su juguete preferido y terminas aceptando que como él no va a haber nadie igual, y te vuelven a preguntar: '¿Estás bien?' y tú respondes: 'Sólo estando a su lado'.